lunes, 5 de septiembre de 2011

Lunes, 5 de septiembre de 2011

Lunes, 5 de septiembre de 2011: (Día del Trabajo)

Jesús dijo: “Mi gente, acaban de escuchar el último día de Mi creación en la lectura de hoy, cuando descansé el séptimo día después de haber terminado toda la obra de la creación. Cuando miran hacia atrás, apenas unos cien años, ven cómo no tenían coches ni la mayoría de sus aparatos electrónicos, e incluso ni siquiera aires acondicionados como en la visión. Este aumento de conocimiento y todas las invenciones del hombre son otra señal para ustedes de que están viviendo en los últimos días. Tienen televisores que podrían proporcionar la imagen de la bestia, y tienen chips en el cuerpo para comprar y vender. Muchas de estas tecnologías han venido del lado oscuro para acelerar el día de la declaración del Anticristo. Ahora que el control sobre las mentes de las personas es posible, y la gente mundial está lista para entregar este control electrónico al Anticristo, es hora de que llegue la tribulación. El mal será permitido un breve reinado para probar a la humanidad, pero Yo traeré Mi Advertencia para preparar las almas para el próximo juicio. Aprovechen este tiempo para la preparación y estén listos física y espiritualmente para esta prueba de Mis fieles elegidos.”

Jesús dijo: “Mi gente, les he dicho cómo América enfrentará un desastre tras otro, en parte como castigo por sus pecados. Han sufrido fuertes tormentas de nieve, tornados, inundaciones, terremotos, incendios y ahora tormentas tropicales. Cada uno de estos eventos ha causado cortes de energía, mientras que algunas personas han perdido sus hogares e incluso sus lugares de trabajo. En muchos casos, la gente ha perdido todo su dinero y ha tenido que empezar de nuevo. Es difícil en una economía tan mala conseguir nuevos trabajos, alquilar o construir otra casa. Estas son las dificultades de muchos de sus ciudadanos, y no hay suficiente dinero gubernamental disponible para arreglar todas las carreteras, puentes y ferrocarriles que han sido destruidos por sus desastres. Lo peor de esta historia es que estos desastres van a continuar sin que nadie sepa cuánto dinero se requerirá para futuras reparaciones. Mi gente necesita rezar por los pecadores de su país, y rezar por América en general para cambiar sus malos caminos, o estos desastres los pondrán de rodillas.”