Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU
domingo, 4 de septiembre de 2011
Domingo, 4 de septiembre de 2011

Domingo, 4 de septiembre de 2011:
Jesús dijo: “Mi gente, este fin de semana están celebrando su festivo del Día del Trabajo. Como ven a gente trabajando en los campos en la visión, el trabajo ayuda a poner el pan en la mesa y a pagar sus cuentas. El trabajador estadounidense ha estado sufriendo tiempos difíciles cuando los empleos manufactureros se están enviando al extranjero. Por eso su país volverá a la vida agrícola y a los empleos de servicios. Incluso mientras piensan en el trabajo físico, también hay una cosecha espiritual de almas. Cuando llamé a Mis apóstoles a servirme, y hoy cuando necesitan más sacerdotes y evangelizadores, sigue siendo una respuesta apropiada pedir más trabajadores para convertir a la gente. (Mat. 9:37,38) ‘En verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.’ Siempre hay necesidad de más vocaciones al sacerdocio, así que Mi gente debería estar rezando por esta intención. Sus sacerdotes necesitan su apoyo también, tanto financieramente como en sus oraciones. También hay evangelizadores y profetas que ayudan a llevar a la gente a la conversión. Incluso los milagros de curación han ayudado a traer almas a Mí. Regocíjense en la bendición de tener un trabajo y también en trabajar para salvar almas.”
Jesús dijo: “Mi gente, a aquellos padres que tienen hijos y nietos, deberían estar agradecidos de que Yo los haya invitado a ser co-creadores en traer a sus hijos a este mundo. Los han traído físicamente al mundo, pero Yo he colocado el alma de la vida en cada uno de sus hijos. Cuando ven a cada niño, al nacer, se maravillan del milagro de Mi creación. También es milagroso cómo cada persona es única con sus propios talentos especiales, específicos para la misión de cada persona. Aman mucho a sus hijos, y harían cualquier cosa por ellos en ayudarlos. Recuerden que, como son responsables de alimentarlos y educarlos, también son responsables de sus almas. Esto significa que necesitan enseñarles la fe, y vigilar sus almas, incluso después de que se vayan de su casa. Es importante transmitir la fe a sus hijos para que puedan transmitir su fe a sus hijos. También deberían cuidar la fe de sus nietos. A veces los padres no siempre son responsables de enseñar la fe a sus hijos. Es cuando los nietos podrían ser enseñados la fe por sus abuelos. Salvar las almas de su familia es lo más importante. Así que oren por todos sus hijos, nietos y familiares, tanto cuando estén vivos, como incluso después de sus muertes.”
Origen: ➥ www.johnleary.com
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