Mensajes al Refugio Sagrada Familia, EEUU
viernes, 24 de enero de 2014
Ven Santísima Trinidad

Hijo mío muy amado e hijos míos, soy Dios Padre hablando hoy este mensaje. Mis hijos de América se quejan del tiempo y del duro invierno. Mi Madre y todos los santos y ángeles del Cielo llevan años protegiendo y advirtiendo a vuestro país. Como os he dicho en mensajes anteriores, vuestro Dios del Cielo y de la Tierra, que lo controla todo, está harto de los pecados de vuestro país. Os dije que las gracias a América serían retiradas si la gente no dejaba de abortar y de vivir en los pecados de la carne. ¿Quién en su sano juicio podría creer que es correcto matar a un bebé en el vientre materno, el lugar más sagrado de la Tierra junto al Tabernáculo? ¿Quién podría creer que es correcto querer casarse con otra persona del mismo sexo? Los americanos que creéis así habéis vendido vuestras almas a satanás y arderéis en las llamas del infierno para siempre si no os arrepentís y pedís perdón a Dios por vuestros pecados antes de morir. Yo os he dado libre albedrío y vosotros habéis vendido vuestro libre albedrío a satanás para ser sus esclavos. Lo único que tendrías que haber hecho es entregar tu voluntad a tu Dios y habrías sido feliz conmigo en la tierra y en el Cielo. La Biblia te dice que no puedes tener relaciones con ninguna otra persona salvo después del Sacramento del Matrimonio con alguien del sexo opuesto. Católicos, leed sobre los Sacramentos de la Iglesia Católica y los Diez Mandamientos -sí, estoy repitiendo mensajes pasados porque la gente de EEUU se aleja cada día más. La Iglesia Católica enseña que para ser católico debes ir a Misa los domingos y los días de precepto. Es pecado mortal cuando sabes que es pecado y decides hacerlo de todos modos. Un pecado mortal puede llevarte directamente al infierno y te impide recibir de Dios las gracias del Cielo. Hijos míos, el infierno es para siempre, por toda la eternidad. Por favor, paraos a pensar en lo que esto significa. Por favor, venid a Mí en confesión si sois católicos, o poneos de rodillas y mirad al Cielo si sois cristianos y suplicad Mi perdón como Yo, vuestro Dios, os lo suplico porque os amo tanto y no quiero perder vuestras almas.
Todo lo que enseña satanás es justo lo contrario de la ley de Dios y de las leyes del país en cada país. Satanás te inicia con todas las emociones y pecados que te hacen sentir elevado. Entonces vas de una emoción a otra para conseguir un nuevo subidón hasta que estás en las cosas más sucias en las que te puedes meter. Por eso Satanás te inicia en un triángulo invertido. El triángulo de Dios te inicia con un triángulo con una gran base de piedra como cimiento y luego se abre camino hacia arriba hasta el punto que representa el Cielo en la parte superior. El triángulo de Satanás comienza en el punto más alto y luego se hace más y más pesado hasta que todo el peso está en la parte superior y entonces te derrumbas en el pozo del infierno o si eres sabio y escuchas cuando te derrumbas y caes y pides y suplicas el perdón de Dios, entonces Dios te tomará en Sus amorosos brazos y te besará y te perdonará y te sanará y perdonará todos tus pecados y te llevará al Cielo. Por favor, escuchad hijos Míos, porque el momento ha llegado y es ahora. Estamos en los últimos segundos del reloj del tiempo fijado por Mí, Dios Padre. Más de la mitad de la gente de América y del mundo están viviendo en el pozo del infierno con satanás en este momento. Os he dado tiempo extra, pero ese tiempo ha terminado. Por eso el tiempo y todo lo demás en vuestro mundo se está desmoronando. Mira a tu alrededor, ¿no ves a Mis hijos? Todo eso es Mi hijo. Amor y besos a todos los hijos del mundo. Vosotros elegís el Cielo o el infierno con vuestras decisiones en la Tierra. Elige ahora el Cielo.
Dios Padre pide que este Acto de Contrición se imprima y se diga de corazón por las almas de los que no lo conocen.
Oh Dios mío, me arrepiento de corazón de todos mis pecados. Por ellos merezco las penas eternas del infierno; pero sobre todo porque Te he ofendido a Ti, Dios mío, que eres todo bondad y mereces todo mi amor. Resuelvo firmemente, con la ayuda de Tu gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y evitar la ocasión aproximada de pecar y no pecar nunca más. Amén.
Por favor, di esto de corazón. Con amor, Padre.
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