jueves, 23 de enero de 2014

Ven Santísima Trinidad

Mi amadísimo hijo, esta es la Madre María y toda la Santísima Trinidad. Dile a Mi amada hija (acaba de regresar de Medjugorje) que la amo entrañablemente. Vosotros dos, y muchos otros, sois un equipo de lucha por vuestro Jesús. He formado más equipos contra satanás, igual que en el ejército. Para algunas batallas sólo utilizo un equipo para proteger mi territorio. Pero para las grandes batallas, utilizo muchos equipos juntos más muchos de Mis ángeles y santos para terminar el trabajo. Como le dijiste, todos sois portadores de vuestro Dulce Jesús. Todos lleváis suministros y gracias a un lugar determinado y traéis gracias y suministros de vuelta para la gente que los necesita. Mis batallas espirituales funcionan igual que las batallas físicas en la Tierra. La única diferencia es que las batallas espirituales por el Cielo son por el bien de las almas de Mis hijos. Las batallas de satanas tanto espirituales como fisicas son para la destruccion de todos los hijos de Dios, almas y cuerpos. Satanás no quiere que se salve nada de lo que Dios ha hecho. Quiere destruir toda la tierra y llevarse todas las almas al infierno. Yo, vuestro Dios, quiero purificar la tierra y hacer que todas las almas sean bellas y felices y llevarlas a la nueva era de paz de la que hablo en el Padre Nuestro: hágase la voluntad de Dios en la tierra como en el Cielo. Los que viven en la tierra y viven en la Voluntad de Dios verán esta nueva era de paz si Yo, vuestro Dios, os elijo para vivir los grandes castigos. Si estás viviendo en gracia de Dios y tratando de hacer la voluntad de Dios y pidiendo perdón por tus pecados, acabarás en el Cielo o vivirás en la nueva era de paz muy pronto, así que Yo, tu Dios, te ruego que entres en estado de gracia, pidas perdón por tus pecados y te confieses si eres católico. Entonces sabrás que serás llevado durante la tribulación al Cielo o al Purgatorio o acabarás en el refugio y vivirás en la nueva era de paz. Esto es todo por ahora. Ama a toda la Santísima Trinidad y a la Madre María.