domingo, 6 de marzo de 2016

Capilla de la Adoración

Hola, amadísimo Jesús siempre presente en el Sacramento del Altar. Te adoro, mi Dios amado. Gracias por las muchas gracias que concedes al mundo. Gracias por Tu infinita misericordia y amor. Padre amadísimo, Dios eterno, Sede de la sabiduría, la justicia y la misericordia. Tú, por encima de todo eres digno de ser alabado, adorado, glorificado y amado. Por favor, Padre, aumenta Tu amor en mi pequeño corazón. Amplíalo para que contenga más amor por Ti, Padre mío. Oh, Eterno, Tú que creaste todo lo que es, de la nada, haz que mi corazón se llene hasta rebosar de anhelo y amor por Ti. Soy incapaz de amarte como Te mereces, Padre mío, pero si Tú lo quieres, mi corazón puede transformarse en amor; Pero sólo por Tu Palabra, por Tu gracia. Por favor, Eterno, Padre mío, expande mi capacidad de amar y luego lléname de Tu amor.

Santísima Trinidad, Te adoro. Te alabo. Me entrego a Ti. Gracias por haberme creado. Gracias por amarme. Ayúdame a amarte más y a amarte en mis hermanos y hermanas. Jesús, gracias por sacar adelante a (nombre oculto) durante la penosa operación. Las cosas estaban mucho peor de lo que creíamos, pero Tú estabas con él tal como dijiste. ¡Alabado seas, Señor! Jesús, todavía hay cáncer en (nombre oculto). Por favor, cúralo, Jesús. Señor, Tú lo puedes todo. Tú puedes hacer cualquier cosa. Sana a (nombre oculto) del cáncer que tiene creciendo en su interior. Sólo di Tu Palabra, Señor, y se curará.

Jesús, por favor, acompáñanos en nuestra peregrinación y retiro de la próxima semana. Mantennos a salvo mientras viajamos. Abre nuestros corazones para recibir todo lo que deseas darnos, Señor bueno y misericordioso. Que Tu gracia caiga en tierra buena, Jesús. Danos oídos para oír, ojos para ver y corazones para sentir y conocer Tu amor.

Queridísima Señora, al emprender nuestro viaje, por favor, viaja con nosotros. Toma nuestras manos y ayúdanos a encontrar a Jesús de una manera nueva y más profunda. Que estemos alerta y abiertos a las gracias del Espíritu Santo. Que nos asombremos ante Sus santas sorpresas. Gracias por hacer posible este viaje. Que (nombre oculto) tenga la fuerza que necesita para hacer esta peregrinación. Bendice a (nombre oculto) con todas las gracias.

Jesús, ¡te he echado tanto de menos! Gracias por hacer posible que esté aquí contigo. ¡Alabado seas, Jesucristo!

«Hija mía, es bueno que estés aquí. Es bueno estar contigo en Mi presencia eucarística. Empezabas a sentir los efectos de haber estado ausente de Mí, ¿verdad?

Sí, Señor, así era.

«Hija mía, seguía contigo espiritualmente, pero es bueno estar contigo física y espiritualmente. Echaba de menos tus visitas y las de Mi hijo, (nombre oculto). Aunque la visita de hoy será breve, te insto a que vuelvas esta semana, pues tengo mucho que confiarte, corderita Mía. Me complace tu devoción y tus actos de amor al atender a los enfermos de tu familia. Cuando sirves a los demás con amor, lo haces a Mí. Estoy presente en el corazón de todos Mis hijos de una manera especial, sobre todo en el de Mis hijos que Me aman y Me siguen. Estoy especialmente presente en los pobres y los enfermos. Cuando realizáis actos de servicio en el amor, para los necesitados, Me estáis sirviendo. Realizáis estos actos por Mí y directamente para Mí. Gracias, hijos Míos del amor. No os canséis de servir porque en vuestro servicio Me encontraréis siempre tan cerca. Debéis tener confianza en Mí. Debéis tener fe en lo que digo, pues es verdad».

«Estás siendo preparada para la misión de Mi Padre. Estas cruces en tu vida sirven para prepararte para que Mi Reino reine en la tierra. Mi Reino debe reinar primero en los corazones de los hombres. Yo preparo tus corazones, Mi ovejita. Yo estaba contigo y con (nombre oculto) cuando oísteis la noticia de su médico. Yo estaba con Mi (nombre oculto). Fue una cruz difícil para vosotros. Yo estoy contigo. Camino con (nombre oculto) mientras emprende este difícil viaje. Anímale mostrándole tu amor y devoción. Te concedo este tiempo. Recordarás este tiempo y te darás cuenta de lo precioso que es. No te desanimes, hijito mío, porque Yo estoy contigo y estoy en cada momento de tu peregrinación por la Tierra. Hija Mía, estaré contigo y con Mi hijo, (nombre oculto) la próxima semana. Le daré gracias para su misión en la vida. Este viaje será otro punto de inflexión para él. Me está buscando y todos los que Me buscan Me encontrarán. Me ocuparé de cada detalle y os maravillaréis de las obras que hago. Ten por seguro que Mi Madre también estará presente. Tanto, que será evidente para ti y para los demás. Confía en Mí. Todo irá bien. Descansa en Mí. Deléitate en Mí. Te amo».

Gracias, Jesús mío. Te estoy muy agradecida por todo, incluso por cada aliento que respiro. Te amo, mi Señor y mi Dios. Dame gracias para amar heroicamente, Jesús. Quiero ser como Tu santa Madre, María. ¡Gracias por Tu bondad!

«Bienvenida, hija Mía. Hija, eres preciosa para Mí. Tu familia es preciosa para Mí. Confía en Mí para todas las cosas. Ahora debéis ir a la Misa del Jubileo. Os bendigo, hijo Mío, y a Mi hija. Gracias por vuestra leal amistad. Por favor, volved para hacerme compañía mientras espero aquí vuestro regreso. Os amo y os bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Id en paz. Llevad Mi amor, Mi luz, Mi paz, Mi misericordia a un mundo en tinieblas. Sed amor, hijos Míos. Sed amor».

Gracias, Jesús. Ayúdanos a ser amor, Jesús. Que se haga Tu Voluntad en la tierra como en el Cielo y que venga Tu Reino. Jesús, por favor, quédate con (nombre oculto). Cúrala, mi Señor y Salvador. Mi corazón se rompe por ella y por todo lo que debe estar sufriendo. Camina con ella, Señor y ayúdala a sentir Tu presencia. Te amo, Jesús.

Continuación 3-6-16 Capilla de la Adoración

Gracias, Señor, por la hermosa Misa parroquial del Jubileo de la Misericordia. La Catedral es preciosa, y la capilla tan hermosa y reverente. ¡Alabado seas, Dios! Gracias por el gran regalo de este Año de la Misericordia. Atravesar las puertas santas fue increíble. Me encanta la fe católica. Gracias por morir y resucitar, Jesús, para que tengamos la salvación y vivamos contigo en el Cielo. Gracias por el don de Tu santa Iglesia católica.

«Hija mía, consuela Mi corazón. Está herido por las muchas transgresiones de la humanidad. Di Mi vida por la salvación de las almas. Di a la humanidad los medios para tenerme con ella en este exilio durante la peregrinación terrestre hacia el Cielo. El medio por el que permanezco presente y alimento a las almas es la Eucaristía. Mis santos hijos sacerdotes, por Consagración hacen que Mi presencia se realice en la Eucaristía. Yo proporcioné los Sacramentos para fortificar a las almas en su camino y, sin embargo, muchos se burlan de Mí, Me persiguen y privan a los hijos de la fe de sus antepasados. La oscuridad impregna los corazones de los hombres y pocas almas se comprometen a seguirme. Pocas almas Me reconocen y viven vidas devotas. En lugar de ello, adoran el materialismo y a los falsos ídolos. El pecado es omnipresente en esta era de desobediencia. Mi corazón está herido y continúa la flagelación y la coronación de espinas».

Jesús, lo siento por mis pecados que aumentaron Tus heridas. Lo siento mucho, Jesús. Ayúdame, Señor, a amarte más. Jesús, vi a mi amiga (nombre no revelado) en la Catedral, en la capillita santa, y me informó de que su patria está en una situación muy grave. Me dijo que el país no es nada de lo que era. La gente se muere de hambre y no hay comida. Muchas personas no tienen hogar y están en la calle. Predomina la pobreza, y su país, antaño hermoso y pacífico, donde la mayoría de la gente es católica, ha sido diezmado. Dice que es casi irreconocible. (No desde el punto de vista paisajístico, sino desde el punto de vista social, en comparación con cómo era antes). Jesús, dijo que su madre le dijo que eso puede pasar aquí, «dependiendo del candidato o candidatos que salgan elegidos». Señor, es interesante que los extranjeros vean esto pero muchos de nuestros ciudadanos no.

«Sí, hija Mía. Los que rezan ven mucho. Los que están lejos de Mí están ciegos. Ven como en las sombras, pero Mis hijos ven en la luz. Pequeña Mía, tenías razón en lo que le dijiste. Debes ayunar, rezar, frecuentar los Sacramentos y ser una luz para los demás. Es el momento de prepararse y los preparativos deben terminarse pronto, pues de lo contrario no habrá más tiempo para hacerlo, pues no será seguro. Lo he dicho una y otra vez, pero la gente no escucha. En consecuencia, habrá muchos que morirán innecesariamente, debido al mal que quiere apoderarse del mundo y de tu país. Tu país es el principal obstáculo para un régimen totalitario completo que gobierne el mundo».

«¿Te parece extremo? Pues que así sea. Es la verdad. Estos tiempos son similares a los de la Primera Guerra Mundial, pero peores. El armamento es más poderoso y antes, donde el mal se concentraba en los líderes de 2 o 3 países, ahora prevalece en muchos países. No hay forma de escapar al mal y a la oscuridad que seguirán su curso. Se permitirá que este odio llegue a su culminación antes de que Mi justicia divina lo extinga. Prestad atención a Mis palabras, hijitos, se acerca un tiempo como no ha habido otro en la historia. Mis hijos deben permanecer fuertes, firmes y unidos en la oración. Formad grupos de oración como Mi Madre ha pedido para rezar por vuestra nación. Cuando se produzca la agitación, mantened la calma y rezad. Leed la Sagrada Escritura, especialmente los Evangelios. Debéis seguir viviendo el Evangelio independientemente de la situación que os rodee. Comparte tu comida y tu agua con tus vecinos. Comparte libremente, confiando en Mí para reponer tus reservas. Ayudaré a los que comparten lo que tienen. No tengáis miedo. El miedo es inútil, hijos Míos. Lo que se necesita es confianza. Confiad en Mí y todo irá bien».

Gracias, Señor. Te alabamos por Tu amor y Tu misericordia. Señor, ¿tienes algo más que decirme?

«No, hija mía. Estaré contigo y con (nombre oculto) la próxima semana. Disfrutad de este tiempo juntos y acercaos a Mi Madre. Daré gracias a los que no puedan ir con vosotros. Todo irá bien. Os quiero».

Te quiero, Jesús. Amén.