Queridos hijos, reciban Mi Bendición.
ESTOY CON USTEDES Y MIS LEGIONES CELESTIALES ESTÁN LISTAS PARA AYUDARLOS, PERO DEBEN INVOCARLAS (Cf. Heb. 1:13-14 ; Sal. 91:9-13 ).
Amados de nuestro Rey y Señor Jesucristo, la humanidad no toma en serio Nuestras Llamadas, sino que continúa siendo irresponsable. La actitud de la humanidad es la fuerza impulsora que la lleva hacia el encuentro con la Purificación, con el cumplimiento de las Profecías (1).
Aunque otras criaturas les digan que está comenzando la Tribulación, no es cierto; ya llevan un tiempo viviendo en ella. ¿Acaso no ven cómo la naturaleza los castiga? ¿No ven cómo las enfermedades (2) del pasado han regresado y ahora ganan fuerza para azotar a la humanidad?
Amados de nuestro Rey y Señor Jesucristo:
¡TAN POCOS SON REALMENTE CONSCIENTES DE LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO Y DE LOS PELIGROS LATENTES PARA LA HUMANIDAD!
Las enfermedades que obligaron a los seres humanos a quedarse en sus hogares y causaron el declive económico de las naciones han regresado, paralizando en gran medida los medios de producción de diversos productos esenciales, entre otras cosas. ¡Estén atentos, hijos! Esto no es obra de un grupo que quiere asustarlos, sino una realidad fácilmente transmisible. No se ignora la responsabilidad que algunos seres humanos tienen por estas enfermedades, las cuales no son de orden natural, sino provenientes de laboratorios, como lo fueron las anteriores.
Te enfrentarás a situaciones como las siguientes: suministros de alimentos restringidos, medicamentos agotados, vuelos cancelados, lugares de trabajo y públicos restringidos o cerrados. Te insto a que no vayas a lugares con demasiadas personas para minimizar el riesgo de infección. Empieza a usar “Aceite del Buen Samaritano” ahora mismo. Este mes, el clima es propicio para la enfermedad. No seas descuidado, amado de nuestro Rey y Señor Jesucristo. Protege a los niños, no expongas a los enfermos, aquellos con defensas bajas o a los ancianos.
PREPÁRATE PARA EVENTOS SÍSMICOS Y FUERTES FENÓMENOS NATURALES QUE LLEGAN SIN ADVERTENCIA.
Amado de nuestro Rey y Señor Jesucristo, crees que esto no te afectará a ti, ¡y cuán equivocado estás! Es la necedad humana lo que impide que seáis dadores del bien para vosotros mismos, aunque la Voluntad Divina así lo desea.
Te llamo a orar, aun cuando Dios nuestro Padre os ha dado la oportunidad de disminuir la intensidad de terremotos y tsunamis, ¿y cuántos de vosotros estáis orando? ¿Acaso pensáis que esto no es cierto?
ESPERAD, HIJOS, Y OS ARREPENTIRÉIS DE NO HABER ESCUCHADO LA MISERICORDIA DIVINA.
Mirad arriba, porque también sufriréis. Orad por esto, orad.
Ten cuidado al hablar de la Santísima Trinidad (Cf. Sal. 115:1-3) y de nuestra Reina y Madre; ten cuidado de no ofender al Señor de la Creación (Cf. Rom. 1:19-23). Sois hijos del Altísimo, aunque os comportéis como si no lo fuerais.
¡Cuántos momentos habéis malgastado yendo a lugares de pecado!
¡Qué indiferencia hacia todo lo Divino, hacia los Mandamientos, hacia los Sacramentos, hacia el deseo de nuestro Rey y Señor Jesucristo de salvaros!
Os invito a reflexionar, a reconsiderar y a prepararos. La enfermedad se está extendiendo en la Tierra.
Os invito a reconsiderar y regresar al camino del bien (Cf. Jn 14:6-7; Rom 12:21).
Os bendigo, os amo.
San Miguel Arcángel y Mis Legiones Celestiales.
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
AVE MARÍA PURÍSIMA, CONCEBIDA SIN PECADO
(1) Sobre el cumplimiento de las Profecías, lee ...
COMENTARIO DE LUZ DE MARÍA
Hermanos,
San Miguel Arcángel nos da su gran palabra, que no es otra sino la Voluntad Divina para hacer un nuevo llamado sobre todo a la oración. Nos llama a tomar conciencia de la responsabilidad que todos tenemos por lo que sucede en la Tierra, en todos los aspectos de la sociedad; desgraciadamente, la humanidad no asume la responsabilidad de prevenir enfermedades o su propagación al nivel social.
Nos hemos acostumbrado a las Llamadas del Cielo y no las tomamos en serio; más bien, las tratamos como algo más que estamos leyendo sin analizar ni tomar estas Llamadas con la seriedad que merecen.
Hermanos, pronto será el momento cuando digamos: “¿Por qué no obedecí?” y la respuesta ya no estará a nuestro alcance.
El Cielo no se apresura; tiene su tiempo justo para todo.
Pidámosle perdón por nuestra desobediencia a Dios Padre y retomemos la oración con gran fe.
Amén.