sábado, 26 de marzo de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Mis queridos hijos, soy la Madre de Soledad y Espera.

Soy la Madre de la Soledad y de la Espera que hoy permaneció sin mi Hijo Jesús en silencio, oración y soledad, llorando y recordando todos los tormentos de mi Divino Hijo que murió por la salvación de todos vosotros.

Soy la Madre de Soledad y de la Espera, que aún hoy sufre porque la humanidad sigue renovando la Pasión de Mi Divino Hijo Jesús por sus pecados y se niega a convertirse a Su Dios de Amor.

Soy la Madre de la Soledad y de la Espera que aún sufre porque busco el amor en Mis hijos y no lo encuentro, busco la obediencia y no la encuentro, busco el afecto y no lo encuentro. Busco almas que permanezcan Conmigo viviendo cada vez más en oración y santidad, ayudándome a salvar a las almas de este mundo tomado, dominado por el pecado y no encontrado.

Soy la Madre de la Soledad y de la espera, que hoy aguarda la Resurrección gloriosa de mi Hijo en soledad, en recogimiento, en oración velando hasta que mi Hijo salga del sepulcro glorioso, victorioso sobre la muerte y el pecado para instaurar verdaderamente su Reino de Gracia en el mundo, en las almas y en los corazones.

Yo soy la Madre de la Esperanza que todavía hoy, en el gran Sábado Santo de tu tiempo, sigue velando y orando en espera de la Segunda Resurrección que tendrá lugar. Es decir, el regreso de mi Hijo Jesús en la Gloria con los Ángeles del Cielo, para renovar el Cielo y la Tierra y transformar el mundo entero en la imagen y semejanza perfectas del Paraíso.

Soy la Madre de la expectación que durante estos años en Mis Apariciones Aquí, año tras año seguí rezando, velando y esperando el regreso de Mi Hijo Jesús junto con Mi hijito Marcos.

Y aquí sigo llamando a todos Mis hijos a unirse a Mí y a Mi hijito Marcos en la espera del regreso glorioso de Mi hijo Jesús, de la resurrección final, en la oración, en la vida de sacrificio, en la vida de gracia, santidad, amor y fidelidad a Dios.

Soy la Madre de la Esperanza que aún hoy os anuncia: Tu gran Sábado Santo está a punto de terminar. Sí, este largo Sábado Santo de espera del regreso de mi glorioso Hijo Jesús está a punto de terminar pronto. Y este largo retraso para vosotros, tan prolongado, culminará finalmente con el Triunfo de mi Corazón Inmaculado, con el regreso de mi Hijo en la gloria que vendrá a traeros a todos el Cielo y la Tierra nuevos.

Este tiempo de espera es para vosotros un tiempo de grandes gracias para prepararos digna y perfectamente al regreso de mi Hijo Jesús. No desperdiciéis las gracias que os he traído en mis apariciones aquí, sino aprovechadlas al máximo correspondiendo con todo vuestro corazón a mi amor y al Amor de Dios. Para que crezcáis en virtudes, cread en vosotros el verdadero amor mientras aún hay tiempo, para que cuando llegue el Señor no os encuentre sin el traje nupcial del Cordero, es decir, el traje del amor en pura transformación, de la santidad perfecta, del amor eterno.

Sí, hijos míos, este tiempo de gran espera está a punto de terminar y por eso sigo con vosotros para ayudaros en esta gran espera a perseverar hasta el final. Cuando vuestros ojos, después de toda la tribulación y de todo este tiempo de dominio de Satanás y de pecado, vean de verdad a mi hijo Jesús vivo, resucitado y que viene a renovar todas las cosas.

Alejaos del pecado, manteneos en la gracia de Dios, ayudadme a salvar a Mis hijos en este mundo completamente dominado por el pecado, viviendo Mis Mensajes, rezando como os pedí Aquí, llevando Mis Mensajes a todos Mis hijos sin miedo. Para que Mis hijos conozcan verdaderamente Mi Amor y a través de Mi Amor el Amor de Dios y así Mi llama de amor pueda tocarlos, convertirlos, quemarlos, salvarlos y santificarlos.

Continuad rezando Aquí Mi Santísimo Rosario y todas las oraciones que os he pedido y dado, porque a través de ellas mi Llama de Amor crecerá en vuestros corazones cada día.

Os amo mucho de todo Corazón y nunca os abandonaré.

A todos bendigo con Amor desde Nazaret, Jerusalén y Jacari».