sábado, 25 de mayo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos (pausa) Mi Corazón desea a todos la Paz que viene del Espíritu Santo.

DIOS envía el Espíritu Santo a la tierra, para que ÉL pueda hacer renacer el AMOR y la Paz en sus corazones.

Estuve con los Apóstoles cuando el Espíritu Santo vino por primera vez, y ahora es Mi Misión de Madre estar con Mis hijos, para enseñarles a pedir el Espíritu Santo, ayudarles a recibir el Espíritu Santo, y fortalecerlos en el testimonio del Espíritu Santo.

Soy Nuestra Señora de Pentecostés!

Soy la Madre que vino a la tierra, la Madre de la Paz, para traer a cada uno de ustedes el fuego del Espíritu Santo, aquí, donde mostré Mi Corazón, y lo abrí, para revelar todo Mi AMOR, en Mis Mensajes.

Encendí un fuego ardiente aquí, que deseo extender en cada corazón. Para esto, Mis hijos, recen el Rosario, tomen el cenáculo con la oración del Rosario y Mis Mensajes, a dondequiera que vayan, porque donde estoy Yo, allí está el Espíritu Santo!

Él siempre Me busca, porque soy una esforzadora.

Así como los pájaros buscan un nido, tan querido y deseado, el Espíritu Santo Me busca y Me busca donde estoy Yo, porque Mi Corazón es el Templo, Nido, y VIVIENTE Tabernáculo del Espíritu Santo!

Donde los cenáculos con el Rosario de la Paz, Mis Mensajes, y el Evangelio son bienvenidos, allí estará la Gracia del Espíritu Santo, cooperando conmigo y Mis hijos.

¡Recen! Muchos de ustedes se contentan solo con venir, pero me gustaría que muchos de ustedes hagan cenáculos, en todos los hogares.

Hoy quiero pedirles un mayor amor al Espíritu Santo a través del Rosario. Sí, Mis hijos, ¡pidan el Espíritu Santo a través de mí!

El Espíritu Santo podría haber tardado más en descender sobre los Apóstoles, pero cuando Me vio, la Madre de Jesús, la flor y esplendor de la Santísima Trinidad, con ellos, vino, con toda Su fuerza, con todo Su poder divino!

En aquellos que están conmigo, el Espíritu Santo derrama mucho más. Por lo tanto, hijos, hablen menos, recen más, y verán que el fuego del Espíritu Santo estará en ustedes, incluso mayor de lo que pueden desear y esperar.

Los bendigo en nombre del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

¡Dejo mi paz!

Permanezcan en la Paz del Señor".