sábado, 19 de marzo de 2016

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Santa Maria, Rio Grande do Sul, Brasil

¡Paz a tu corazón!

Hijo mío, entra en mi Corazón para que te caliente el amor de Dios. Entra en mi Corazón para aprender a pertenecer a Dios. Entra en mi Corazón para pertenecer totalmente a Dios. A través de mi Corazón deseo conducirte a Dios, a ti el primero, para que experimentes la gracia y el amor de los que está inflamado y lleno, para que conduzcas al Señor, por la devoción que te ha revelado un número incontable de almas, una multitud infinita de almas al cielo.

Mi Corazón vela por ti y por todos los que recurren a mi protección. Mi Corazón te acoge, hijo mío, te calienta y vigoriza tus fuerzas cuando estás abatido por la fatiga. No te desanimes, ánimo, porque aún tenemos muchas almas que salvar para el reino de los cielos. La misión de quien confía y se entrega para siempre en las manos del Señor no terminará nunca, sino que continuará para siempre en el cielo y brillará en la vida de muchos, iluminando y mostrando a todos el camino de la salvación que conduce a Dios.

Dios te eligió primero y te llamó. Puso su mirada en ti hace mucho tiempo y te preparó para que te dieras a conocer y te hicieras amar por todo el mundo.

El Señor tiene muchas gracias que concederte cuanto más confíes en su amor y protección divinos.

Estas gracias te las obtengo para que cumplas fielmente tu misión en este mundo, y para que sepas ayudar y consolar a las almas que te han sido confiadas, que acudirán a ti para conocer el amor de mi Corazón y mi protección.

Deja que la gracia divina actúe cada vez más en tu vida, permite que Dios te utilice como quiera. Sé obediente a la voz de su gracia, a las inspiraciones de su amor, y caminarás segura en este mundo, venciendo toda oscuridad y todo mal.

Sí, extiendo mi bendición y mi protección sobre tu familia y rezo por ella, ante el Señor, como también acojo a todos los que confías a mi Corazón.

Os doy mi paz y mi bendición: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Inmediatamente después, la Santísima Madre me transmitió su mensaje:

Hijo mío, Dios desea que el Corazón de mi Esposo José sea invocado, conocido y amado por todas las almas.

Las familias que se consagren a su Corazón castísimo obtendrán una profusión de gracias del cielo y serán preservadas de tantos males, así como de la justicia divina que está a punto de caer sobre toda la humanidad.

¡La paz de Brasil está amenazada y en peligro! Rezad más y más, pueblo brasileño, porque hombres malvados ya están tramando en secreto hacer sufrir a muchos de mis hijos. Mi Esposo José y yo rezamos, ante el Trono de Dios, por todas las familias que están amenazadas y que podrían pasar por grandes sufrimientos.

Ayunad y haced adoraciones ante el Santísimo Sacramento, pidiendo el perdón de vuestros pecados y la misericordia Divina para vosotros, para todo el pueblo brasileño y para el mundo entero. Tomad vuestros rosarios y rezad con más fe y amor. Os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.