miércoles, 9 de mayo de 2012

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Paderno, Italia

Hoy, una vez más, la Santísima Madre apareció y nos dio el siguiente mensaje:

¡Paz, mis queridos hijos!

Yo, vuestra Madre Celestial, vengo a invitarlos a la conversión.

Hijos míos, falta la conversión cuando pierden fácilmente la paciencia y no aman a sus hermanos. Oren para tener la fuerza de amar a sus hermanos y hermanas en toda situación de sus vidas.

Sean testigos del amor de mi Hijo Jesús a todos, para que el mundo se transforme, comenzando dentro de sus hogares y donde viven.

Hijos míos, estoy aquí porque deseo protegerlos y acogirlos en mi Inmaculado Corazón. Gracias por su presencia aquí esta noche. Asegúrense de que mis llamados lleguen lo más rápido posible a muchos corazones que están en la oscuridad.

Hijos, recen el rosario. El rosario es el arma en esta gran batalla contra el mal. Abran sus corazones, les pido de nuevo, porque muchas veces les hablo, pero pronto después, muchos olvidan mis palabras maternales y se desesperan cuando alguna prueba llega a sus vidas. Tengan fe. Renueven su fe cada vez más.

Mi Hijo Jesús ha vencido al mundo, y con Él, unidos a Su Divino Corazón, ustedes también vencerán y serán victoriosos.

Gracias por su presencia aquí esta noche... ¡Italia! ¡Italia! Regresen a Dios. ¡Escúchenme! ¡Dios todavía les está dando un tiempo de paz!

Regresen a sus hogares con la paz de Dios. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

La Virgen todavía nos pide oraciones por el bien del mundo y por la paz. A menudo somos infieles a sus llamados, porque no los vivimos con amor y con nuestros corazones. La Santísima Madre nos habla, nos suplica, insiste en llamarnos a la conversión, porque escuchamos sus mensajes, pero no los practicamos. Muchos se están comportando así, en estos últimos tiempos. No podemos vivir con apariencias, no podemos jugar con nuestra conversión: o aprovechamos el tiempo de gracia que Dios nos da ahora, o perderemos la oportunidad de algún día estar con Él para siempre en el Cielo, por toda la eternidad. Nuestra Señora ya nos ha dado muchos mensajes. Ha llegado el momento de que estos mensajes realmente transformen nuestras vidas y las vidas de nuestros hermanos y hermanas viviendo sus palabras maternales con corazón y fe. Ha llegado el momento de nuestro testimonio de fe, para demostrar que realmente deseamos ser del Señor siguiendo sus pasos.