martes, 15 de diciembre de 2015

Llamado urgente del Santo Arcángel Miguel al pueblo de Dios.

La advertencia de Mi Padre no viene en tiempos de paz, sino cuando la humanidad y la creación están profundamente angustiadas—¡y será dada!

Honor a Dios, honor a Dios, honor a Dios, Aleluya, Aleluya, Aleluya. La paz del Altísimo esté con todos vosotros, hombres y mujeres de buena voluntad.

Estad listos y preparados ejército terrenal, porque las trompetas están comenzando a sonar para anunciar que vuestro paso hacia la eternidad está llegando. Resonarán durante un tiempo de siete días, y junto con la Gloriosa Cruz son los últimos signos que Mi Padre os da para que estéis preparados para el Adviento de la Advertencia. Mortales, ¡el día ya se acerca cuando vuestras almas transicionan a la eternidad! Corred a poner en orden vuestras cuentas; no lo dejéis hasta el último momento, porque sabéis bien que el tiempo ya no es tiempo.

Os recuerdo, rebaño de Mi Padre, que la paz de los hombres está llegando a su fin; viene la guerra y con ella la tribulación. La advertencia de Mi Padre no viene en tiempos de paz, sino cuando la humanidad y la creación están profundamente angustiadas—¡y será dada! Por lo tanto, os insto fraternalmente para que ya no retraséis vuestra confesión de vida; id tan pronto como sea posible al confesonario y no temáis; haced un buen examen de conciencia y confessad todo al sacerdote sin temor, para que podáis recibir el perdón y la misericordia de Mi Padre.

Semillas de Mi Padre, el mundo está a punto de entrar en tribulación; la guerra se acerca a las naciones y con ella la gran batalla espiritual por la salvación de vuestras almas. Habrá ejércitos y milicias del adversario aquí en la tierra que comenzarán el gran Armagedón. No descuidéis la oración; orad cada momento y realizad oraciones de combate; atad las fuerzas del mal y encadenarlas, para que podáis repeler los ataques del mal. La lucha espiritual ya ha comenzado en vuestro espíritu.

Realizad Mi exorcismo e invocación de ángeles, para que permanezcáis victoriosos. Purificad vuestras moradas de toda contaminación espiritual realizando Mi exorcismo o el Salmo 18 después de rezar el Santo Rosario a Nuestra Señora y Reina. Espolvoread cuidadosamente cada rincón de vuestra morada con agua bendita exorcida mientras recitáis el Exorcismo o el Salmo 18. Utilizad sacramentales: agua, sal y aceite debidamente bendecidos o preferiblemente exorcizados, para que vuestro cuerpo sea limpiado de toda contaminación, porque Mi adversario y sus instrumentos del mal contaminarán todo a lo largo de esta nueva era.

Hermanos y hermanas, una nueva tecnología está llegando pronto al mercado la cual servirá al Adversario. Viene con un microchip que posee el Ojo de Horus—el ojo de Satanás—que verá y controlará todo en las vidas y moradas de aquellos que lo compren. Esta tecnología controlará las mentes de todos los que lo usen; a través de frecuencias bajas y ultrasonido influirán en las ondas cerebrales, convirtiendo así a quienes lo utilicen en conejillos de indias.

Manipularán la voluntad humana, inyectarán mensajes subliminales al subconsciente que removerán a esta humanidad ingrata y pecaminosa de Dios. Así robarán muchas almas; se pierden los valores morales y espirituales; el caos y la desesperación tomarán posesión de muchos, llevándolos a la muerte espiritual. Por lo tanto, no compréis esta tecnología de muerte, pueblo de Dios, que se hace llamar ‘Gran Hermano’. Porque para todos aquellos que lo prueben es nada más que alejar a la humanidad de Dios y destruir la vida y familia de quienes lo usen.

La marca de la bestia, el microchip, ya está listo para ser implantado en la humanidad. Después comenzará la guerra del nuevo orden mundial y con ella la implantación global de la marca o señal de la bestia. Todo está preparado para que pueda comenzar el reinado final del Anticristo. Pero antes de esto viene la advertencia de Mi Padre, que preparará a Su pueblo para estos días de tribulación. El tiempo de advertencia ha sido acortado por la maldad y pecado en los cuales se encuentra la humanidad; las señales del cielo se han intensificado para que reconozcáis lo cerca que está este gran evento que cambiará vuestras vidas y os preparará para el gran Armagedón. Rebaño de Mi Padre, luchad por el reino de Dios ¡y allanad el camino para Su inminente llegada!

Que la paz del Altísimo permanezca con vosotros. Vuestro hermano y servidor, Miguel el Arcángel.

Haced conocer Mis mensajes a toda la humanidad.