jueves, 6 de junio de 2013

Jesús’, Llamado del Santísimo Sacramento a la Jerarquía Eclesiástica.

Jerarquía Eclesiástica, ¿Por qué cambiaron la Oración de Nuestro Padre que enseñé a Mis discípulos?

La paz esté con ustedes, jerarcas.

Jerarquía Eclesiástica, ¿Por qué cambiaron la oración de Nuestro Padre que enseñé a mis discípulos? La oración de Nuestro Padre que están rezando hoy no es la misma que yo enseñé a mis discípulos cuando me dijeron: Maestro, enséñanos a orar, y yo lo hice. Digan: "Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Amén" (Mateo 6, 9-13)

Mi rebaño, las palabras deudas y deudores no cubren solo sus deudas personales y espirituales, sino también las deudas de sus ancestros y difuntos. Cuando dicen perdónanos nuestras transgresiones como nosotros perdonamos a los que nos transgrede, insinúan ofensas personales, ignorando su línea intergeneracional, es decir, sus difuntos y ancestros.

En la oración del Padre Nuestro que enseñé a mis discípulos se manifiesta la Misericordia, el Amor, el Perdón y la protección de Dios Padre para Sus hijos. La oración del Padre Nuestro como la están rezando hoy ignora a sus antepasados y difuntos. Cuando cambian las palabras deudas por transgresiones y deudores por los que nos transgrede están manipulando y distorsionando los planes de salvación de Dios. La oración del Padre Nuestro como mi Padre me enseñó para ser dada a Sus hijos tiene poder de liberación para sus almas, sus familias difuntas y sus ancestros si la rezan con fe. Es oración de exorcismo que los libera de los ataques del maligno y los protege de sus trampas; es también oración de vida y alimento para su espíritu. Es oración de provisión no solo para alimento corporal, sino lo más importante el alimento espiritual que Yo soy.

Jerarcas de mi iglesia, pastores de mi rebaño, les pido de corazón que vuelvan a rezar el Padre Nuestro como mi Padre me enseñó, porque como la están rezando y enseñando a mi rebaño no tiene el mismo valor y poder espiritual. Cambiar las palabras deudas por transgresiones y deudores por los que nos transgrede es perder la acción misericordiosa y liberadora del Padre a Sus hijos aquí en la tierra, y para las almas de sus antepasados y difuntos en la eternidad. La oración del Padre Nuestro con el Credo y el Magnificat son oraciones poderosas y reúnen todo el plan de Salvación que mi Padre ha destinado para la humanidad.

Mi paz les dejo, mi paz les doy. Arrepéntanse y conviértanse, porque el reino de Dios está cerca. Su Maestro y Pastor, Jesús, Santísimo Sacramento.

Hagan conocer mis mensajes a toda la humanidad.