Queridos hijos, María Inmaculada, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Auxilio de los Peccadores y Misericordiosa Madre de todos los hijos de la tierra, mirad, hijos, incluso esta tarde, en este tiempo de Adviento, Ella viene a vosotros para amaros y bendeciros.
Hijos, no cerréis vuestros oídos ni vuestros ojos. Mirad lo que está sucediendo a vuestro alrededor. Dondequiera que miréis, hay sufrimiento. Los que podáis sufrir sin apartaros obtendréis grandes beneficios, porque el sufrimiento ablanda el corazón y nutre el alma. Entiendo que no os parezca así, pero es cierto, y por eso siempre os pido que os unáis, porque el sufrimiento, cuando se comparte, da fruto.
Recordad bien que todo sufrimiento llega al Sacratísimo Corazón de Dios, igual que cuando hacéis un gesto de amor entre vosotros, hermanos y hermanas.
Antes estabais unidos, os decíais cosas unos a otros, y entonces también había algunos hermanos y hermanas que no se comportaban muy bien, pero teníais el don de ceder, porque vuestra cercanía con Dios era fuerte. Luego llegó la modernidad y perdisteis el rumbo. Estás seguro de que Dios siempre está ahí, y es cierto que Dios siempre está ahí, pero nunca olvidéis que una relación con el Padre es un dar y un recibir. Vosotros lo exigís del Padre, mientras que el Padre no exige nada y dice: “SI QUERÉIS Y PODÉIS!”
Pensad, hijos, qué padre tan permisivo, Él no impone nada a sus hijos, o quizá solo una cosa: unidad y caridad.
De verdad os digo: "LA CARIDAD FORTALECE LA CERCANÍA AL PADRE; ES EL MOMENTO MÁS SUBLIME ENTRE TÚ Y EL PADRE. DIOS SE VUELVE AÚN MÁS AMOROSO Y SIMPLE Y TE AGRADECE CON PALABRAS DE AMOR, DÁNDOTE TODA SU INFINITA MISERICORDIA!"
Vamos, niños, este es un tiempo de unidad, este es un tiempo de oración por todos aquellos que sufren!
ALABANZA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO
Os doy Mi Santa Bendición y os agradezco por escucharme.
REZAD, REZAD, REZAD!
APARICIÓ JESÚS Y DIJO
Hermana, soy Jesús quien te habla: TE BENDIGO EN EL NOMBRE DE MI TRINIDAD, QUE ES EL PADRE, YO EL HIJO, Y EL ESPÍRITU SANTO! AMÉN.
Que descienda abundantemente, luminosamente, santo y santificante sobre todos los pueblos de la tierra para que comprendan que el tiempo del distanciamiento ha terminado, ¡sí, ha terminado! Ya no puedo veros tan distantes unos de otros, os encerrais en vuestras casas y sin embargo sois hijos de Dios. Hablad entre vosotros, ayudaos mutuamente, no seáis desconfiados, alejad la desconfianza!
Como os he dicho muchas veces, ved Mi Rostro en cada uno de vuestros hermanos y hermanas, solo así podréis estar unidos, y si algún hermano no se comporta bien, perdonadlo, ¿cuántas veces os perdono yo? Sería necesario más que un día para enumerarlas todas, pero no lo hago porque sois terrenales.
Os he redimido, os perdono; formáis parte de la familia y ¡la familia perdona! Sois una gran familia, y cuanto mayor es la familia, más malentendidos pueden surgir, así que ¿qué haréis? Perdonad, como yo hago con vosotros.
Hijos míos, soy vuestro Señor Jesucristo quien os habla.
De verdad os digo: "CUANDO VENGA A ESTA TIERRA QUIERO VEROS UNIDOS! SÉ CÓMO TRATAR CON LOS MERCADERES DESHONESTOS, COMO HICE EN EL PASADO, ASÍ HARÉ EN EL PRESENTE; Y AL IGUAL QUE SÉ CÓMO TRATAR CON LOS SEÑORES DE LA GUERRA, CONVERTIRÉ SUS BOMBAS EN JUGUETES FLOTANTES, DESTRUIRÉ SUS ARSENALES, LES QUITARÉ SU PODER. ¡POBRES CRIATURAS! CUANDO SE MIREN AL ESPEJO, SE HUMILLARÁN A SÍ MISMAS Y ENTONCES, POR UN MOMENTO, LES MOSTRARÉ MI DESDÉN POR LO QUE HAN HECHO!"
Vamos, mis pequeños, amaos los unos a los otros. Todo lo que os digo es para vuestro bien. Ganaréis en salud y yo sonreiré con vosotros, os bendeciré y os amaré.
OS BENDIGO EN EL NOMBRE DE MI TRINIDAD, QUE ES EL PADRE, YO EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO! AMÉN.
LA VIRGEN ESTABA VESTIDA TODA DE BLANCO; LLEVABA UNA CORONA CON DOCE ESTRELLAS SOBRE SU CABEZA, EN SU MANO DERECHA SOSTENÍA TRES PALOMAS MINIATURAS Y BAJO SUS PIES SE ENCONTRABA LA VIRGEN MARÍA CON EL BURRO. ELLA ESTABA EMBARAZADA Y SENTADA SOBRE UN TRONCO.
JESÚS APARECIÓ VESTIDO COMO EL JESÚS MISERICORDIOSO. TAN PRONTO COMO APARECIÓ, LES HIZO RECITAR EL PADRE NUESTRO. LLEVABA UNA TIARA EN LA CABEZA, SOSTENÍA UN VINCASTRO EN SU MANO DERECHA Y BAJO SUS PIES HABÍA UN ARSENAL DESTRUIDO.
HABÍAN ÁNGELES, ARCÁNGELES Y SANTOS PRESENTES.
Fuente: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com