Vi a la Madre vestida toda de blanco, con una corona de doce estrellas sobre su cabeza y un manto azul cubriendo sus hombros y llegando hasta sus pies, que estaban descalzos y descansando sobre una roca bajo la cual fluía un arroyo. La Madre tenía las manos juntas en oración y entre ellas un Santo Rosario hecho de gotas de hielo.
Alabado sea Jesús Cristo
Mis queridos hijos, os doy gracias por responder a Mi llamado. Mis hijos, os amo y os pido una vez más que oréis. Mis hijos, este es un tiempo poderoso, un tiempo de oración, un tiempo para regresar al Padre. Regresad al Padre, mis hijos, y reconciliaos con Él mediante el Santo Sacramento de la Confesión.
Mis hijos, ya no es tiempo de demorar, ya no es tiempo de peros ni tal vez, es tiempo de decidir, tiempo de oración, tiempo de amor, un tiempo poderoso, tiempos difíciles os esperan, fortaleced vuestra fe a través de los Santos Sacramentos, hija, en silencio adoramos (adorábamos en silencio al Jesús crucificado que estaba a la derecha de la Madre, luego la Madre reanudó el mensaje) Mis hijos, no os apartéis de Mi Corazón Inmaculado, no temáis, mis hijos, Yo siempre estoy con vosotros.
Os amo, mis hijos, os amo, tomo vuestra mano y os llevo a Mi y vuestro amado Jesús. Mis hijos, orad, orad mucho por mi amada Iglesia, por mis amados e hijos favoritos, para que sean buenos pastores, para que se asemejen más y más al corazón de mi amado Jesús. Hijos, orad, orad con constancia y fe, con fuerza y amor, para que el Señor os envíe buenos pastores a guardar, amar y guiar su rebaño.
Os amo, hijos. Ahora os doy Mi Santa Bendición. Gracias por venir a Mí.
Fuente: ➥ MadonnaDiZaro.org