[EL SEÑOR] Mi pluma, en la reflexión de vuestro corazón, traerá alegría a los hombres.
Hijos, soy el Que Es, quien viene a liberaros del miasma del Maligno y a traeros un nuevo amanecer a vuestros corazones y almas.
En estos tiempos venideros —que ya están aquí— de Maldad y sus acólitos, vengo a traer a cada uno de vosotros el río del Agua Viva desde Mi Corazón para regar vuestros corazones con Mi Palabra de vida y elevarlos al Cielo con Mi amor. No temáis, sino trabajad en silencio. Trabajar es llevar la oración en vuestros corazones, una oración que transformará vuestras palabras en un río de agua viva sin siquiera daros cuenta.
Vengo de Mi Cielo de Gloria para derramar en vuestros corazones y almas el recordatorio de Mi Palabra, que es vida y poder vivificante. Vengo a través de Mi Palabra para llenaros con Mi fuerza y traeros el agua viva que os permitirá caminar erguidos en la tormenta y las tormentas por venir.
La batalla será espiritual, con toda Oscuridad enfrentada contra la Luz; ¡tantos hombres de logias y sociedades secretas traerán la fuerza del Mal a vuestro mundo! No dejéis que vuestros corazones se congelen de miedo, ni vuestras almas se turben, ni vuestros espíritus lloren, sino convertíos en verdaderos luchadores del Cielo, quienes nunca permiten ser atrapados en la trampa de los infames y el Infame que los gobiernan.
Sabéis que vuestra ayuda está en el Nombre del Señor, en Mi Santísimo Nombre. Venid a Mí y os traeré la Agua Viva de Mi Corazón, y no seréis turbados ni desesperaréis por la ola del Mal que invadirá toda la Tierra. Mantened vuestra fe, fuerza y valor; entrad al silencio y contemplación, y venid a Mí sin cesar. Con vuestros corazones anclados en el mío y vuestras almas reposando en Mi Espíritu, la Fuerza Divina cuidará de vuestras almas, y caminaréis sobre arenas ardientes y no temeréis.
Hijos míos, vengo a buscar los míos y llevarlos al lugar eterno de mi Corazón, que vibra con amor por vosotros. Vengo a vuestros hogares para traeros fuerza, valor y discernimiento. No seréis engañados si permanecéis en Mí. Os hago victoriosos en estos tiempos de dolor, estos tiempos de apostasía y crueldad.
Orad, hijos míos, y permaneced en Mí, pero orad sin cesar, vuestros corazones unidos con el mío.
Aprendan a volar, aprendan a entregarse, y dejen que Mi Palabra, que es vida, Mi Palabra de verdad, entre en ustedes. Oren y oren sin cesar, sus corazones unidos con el mío, y no serán engañados. En silencio, permanezcan en Mi Corazón, y ningún demonio podrá engañarlos. No tengan miedo, he conquistado al mundo, y también ustedes conquistarán, incluso en las peores pruebas. Permanezcan y entréguense a Mi Sagrado Corazón, y el camino se les mostrará, y vencerán al Diablo y sus secuaces, y permanecerán en silencio e interior paz. Pero oren, hijos, oren sin cesar! Orar sin cesar es permanecer unidos con Mi Corazón en todo momento. De esta manera, la confianza morará en ustedes, y no serán engañados ni abusados. ¡Sean confiados!
Fuente: ➥ MessagesDuCielAChristine.fr