Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
miércoles, 6 de enero de 2016
Epifanía, Epifanía.
El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la iglesia doméstica de Göttingen a través de Su instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy hemos celebrado el Santo Sacrificio de la Misa en la fiesta de la Epifanía. Todo el presbiterio estaba bañado por una resplandeciente luz dorada y plateada. Todo brillaba, especialmente el altar de María y el altar del sacrificio.
Hoy hablará el Padre Celestial: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está totalmente en Mi Voluntad y repite sólo palabras que proceden de Mí.
Mis amados hijos paternos, Mi amado pequeño rebaño, Mis amados seguidores y peregrinos de cerca y de lejos, os amo a todos porque sois los preferidos. Sois herederos del reino de los cielos. Hoy Mi hijo el sacerdote ha celebrado la Epifanía y habéis sido bendecidos con todas vuestras velas y especialmente con vuestra agua de Epifanía. Levántala contra los poderes malignos, pues está poderosamente bendecida. Úsala con moderación. Bastan dos o tres gotas para poner en fuga al maligno.
Y ahora, Mis amados hijos y padres hijos, quiero daros esta información que es importante. Como sabéis, sois privilegiados en el sentido de que el Padre Celestial os da instrucciones claras que son importantes para todo el mundo. Vosotros sois los difusores de estas verdades y todos los que lean atentamente mis mensajes reconocerán que en ellos está contenido todo lo que debe creer el que se ha unido a vuestra comunidad, es decir, la verdad. Nada está fuera de Mi pequeño. Le he dicho todo para salvar de la ruina a muchos sacerdotes y creyentes.
Mis queridos hermanos Pío, vosotros también estáis destinados, pues seréis divididos. He contado con vosotros, con una gran multitud de hijos de sacerdotes que obedecerían solos Mi voluntad. Desgraciadamente rechazáis completamente Mis mensajes. Perseguís con mucha fuerza a mis mensajeros, especialmente a mi amada pequeña Ana. No os habéis dado cuenta de que no es ella quien habla, sino Yo, el Padre Celestial, quien anuncia de la manera más exacta toda la información al mundo. Los que crean sentirán que la estrella de Belén brilla ante ellos. A vuestro alrededor, mis queridos pequeños, han llegado las tinieblas. Pero en vuestra comunidad brilla la verdadera luz. La estrella de Belén os precede y brilla en vuestro corazón para que podáis ver exactamente lo que debéis hacer en cada momento.
Permaneced en la verdad y seguid todas mis instrucciones, porque el maligno también querrá atraparos con especial astucia en este último tiempo. Tendré que intervenir muy poderosamente en mi omnipotencia y en mi omnipotencia. Hasta ahora no podéis reconocerlo, amados míos. Vosotros, mi pequeño rebaño, seréis puestos a salvo porque los cuatro seréis perseguidos en mis últimos días de una manera muy especial. Os prepararé una nueva vivienda. Esto es necesario, porque en vuestra casa, como sabéis, anda el maligno. En esta casa, en la que os muestro, no ha entrado la fe musulmana, aunque ya vivan musulmanes en la casa. No están organizados, Mis amados. Ésa es una gran diferencia. En tu casa los musulmanes están en una gran organización. Llevan ropas especiales y son de un mismo parecer, y emprenden acciones violentas contra todo cristiano.
Tuve que poner a salvo a mi querida pequeña Monika. Cree y confía en lo que te seguiré contando personalmente cada día. No toda la información es importante para Mis seguidores, sino sólo para Mi pequeño rebaño. Ellos son los perseguidos y nunca se dejará de poner algo en su camino. Seguirán siendo amenazados y estos mensajes serán calificados de falsos. Pero si miras en Internet, verás que Mis mensajes se difunden ampliamente. Serán cada vez más conocidos, también a través de la publicación de los creyentes individuales.
Cree y confía en que doy instrucciones especiales a todos los que siguen Mis Mensajes y que tienen plena protección en todo momento.
¡Os quiero a todos! Creed en lo que os digo y confiad más profundamente en que Yo, el Padre Celestial, os guío en todo. Haced de todos modos lo que os diga, aunque no lo comprendáis. Se os dirá todo, porque nada está fuera de vosotros, ni siquiera vuestras fuerzas, que ahora debéis gastar para esta procesión. Recibirás de Mí, el Padre Celestial, todo lo que sea importante para ti.
Y así te bendigo ahora en la Trinidad con todos los ángeles y santos, especialmente con tu queridísima Madre, la Rosa Reina de Heroldsbach y la Inmaculada Madre Receptora y Reina de la Victoria, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Prepárate y ve por este camino! No mires hacia atrás, sino hacia delante. Continuad rezando el rosario en todo momento. Amén.
Orígenes:
El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.