Virgen María:
Mis queridos hijos, vengo a consolaros en todos los momentos que estáis viviendo al final de este Año Jubilar. No hay necesidad de entrar en pánico. Mi Hijo acaba de recorrer el mundo para renovarlo. Lo que viene será para Su Honor. O bien creéis o no creéis. La fe puede cambiarlo todo. Es necesario que toméis el Camino correcto, porque dondequiera que estéis, allí encontraréis Paz y Alegría u lo contrario.
Os invito a dar este paso hacia Dios, siguiendo Su Majestad y respetando Sus Divinos Mandamientos. Os informamos: escuchad y convertíos en hijos obedientes de Su Palabra, que proviene de Mi Esposo, el Espíritu Santo.
Amén †
En los días venideros, estaréis con Nosotros. Esto es lo que deseamos.
Amén †
Jesús:
Mis queridos hijos, Mis Amigos, tened fe en vosotros mismos, la misma fe que tuvieron todos aquellos a quienes encontré y curé. Es por medio de la fe como Dios concede gracia. Sin Él, sin estar en Su Camino, os perderéis. ¿Es eso lo que deseáis? Depende de vosotros entender esto. Amor, orad, adorad a vuestro Dios, obedeciendo Sus Palabras. Soy yo, Jesús, quien os invita a hacerlo.
Amén †
La paz será lo que vosotros hagáis de ella; vengo a renovar el Rosto de la Tierra. Orad en este sentido al final de este Año Jubilar, para enfrentar aquel que está por venir y que me pertenece.
Amén †
Jesús, María y José, os bendecimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que vuestros espíritus se eleven, que vuestro Amor permanezca; que todo lo que experimentéis, lo experimentéis con Nosotros aquí en el Cielo.
Amen †
"Consagro el mundo, Señor, a Tu Sagrado Corazón",
"Consagro el mundo, Virgen María, a Tu Inmaculado Corazón",
"Consagro el mundo, San José, a tu paternidad",
"Consagro el mundo a Ti, San Miguel, protéjelo con tus alas." Amen †